El Castigo de Camillo [Privado/Camillo/Feliciano]

Spoiler:

Ya habían pasado algunos días desde que el maestro le impuso el castigo al Italo-español, había quedado en acuerdo con el de que lo pondría a hacer mas ejercicio y a la final tendría que arreglar la cancha o limpiar la cancha, se encontraba posado de la reja, con el cronometro en mano.

Ya era de tarde, eran las 4 (para ser exactos las 4:30 (?) ), el sol estaba en su punto máximo, el alemán solo llevaba consigo una gorra puesta y su uniforme de deporte, mirando fijamente el aparato y también al chico que cumplía con su castigo, lo vio desde su primera clase y sabia que el chico tenia potencial, pero era un flojo, lo transpiraba por todos lados; era un holgazán.

-Aun te falta Fernandez Y luego de esto tienes que hacer las sentadillas, las ranitas, los paracaídas y las lagartijas -volvió la vista a su cronometro.

A esa hora ya habían terminado mucha de las clases, y los alumnos ya se retiraban a sus habitaciones, quedaban algunos profesores, Resolviendo dudas, en algunas reuniones o como lo estaba el rubio, haciendo cumplir un castigo.

Se suponía que nadie mas los veía, pues estaba en contra de que se burlasen de sus alumnos, mas no era así, alguien les observaba a lo lejos (???).

— Maldición, maldición - decía mientras corría, y se quejaba aún más gracias a que su maestro lo estaba 'animando' de la mejor manera.

— No me da muchas ganas de seguir, ¿sabía? - sí, ya estaba de muchísimo humor, sentía que su corazón iba a hacer "KABOOM" en cualquier segundo, si seguía corriendo así.

— ¡Ahora mismo podría morir de un infarto! - dramatismo al puro estilo italiano.

— ¿No quiere que mejor le lave su ropa en vez de que me haga hacer ejercicio? - odiaba lavar ropa, pero lo prefería a quedar inválido por hacer este sobreezfuerzo humano.

Rueda sus ojos hacia un lado, que dramático podían ser los jóvenes, pero ese chico era el "drama king" mas dramático que había conocido, apenas había comenzado y ya estaba diciendo que podría morir de un infarto.

-Recuerda que obtendrás beneficios de esto -le comento mientras lo veía correr- Tu físico y por lo que me han dicho muchos de tus maestros eso te ayudara con las chicas -fue lo mas lógico que se le ocurrió para que el chico continuase corriendo.

Luego escucho aquel de ¿lavar su ropa? okey ese chico estaba desesperado.

-No - fue lo que dijo, un cortante y seco NO, se arrimo hacia la sombra y continuo observándole, hacia mucho calor era inhumano realmente.

-Oye te daré algo de agua para que puedas seguir -fue hasta el banco donde estaban sus cosas y tomo el termo, para luego ir y alcanzárselo al estudiante- Toma -murmuro alcanzándole el agua.

Spoiler:

Ve~ -Estiraba los brazos tal cual un felino, luego de una larga clase con los chicos- Espero que lo hagan bien~ -Se decía para si, caminando afuera de la escuela de un momento a otro su pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de un silbato, vio al pequeño Camillo muriendo mientras corria, ya le iba hablar cuando segunda vez oyó el silbato dándose cuenta de quién de provenía- Oooh~ -Se sorprendió un poco, admiro por unos momentos al rubio de pie a cabeza no iba negar que se veía bastante bien con esa vestimenta-

- ¡¡Vamos vamos Fernandez Si tienes fuerza para hablar es claro que tienes fuerza para continuar corriendo!! -le grito desde donde estaba, se arrimo mas hacia la sombra, volviendo a recostarse de la reja, sintiendo el calor de la tarde y como las gotas de sudor corrían por su rostro.

Coloco algunas de las cosas que tenia en las manos en el banco de al lado, y decidió sacarse la chemise deportiva que llevaba que era parte del uniforme y quedar con la sport sin mangas negra que acostumbraba a llevar abajo.

Ya mas fresco, tomo las cosas de nuevo y se volvió a recostar, sin quitarle de encima la vista al joven, pero sin darse cuenta que alguien mas le observaba de lejos.

-Se asustó por la voz del rubio, si que tenia una voz que cualquiera le pondría atención, vio un momento de nuevo al pobre alumno, sentía lastima por él, rió por lo de bajo- Pobre~


Nee Ludwig~ -No estaba lejos de donde estaba el otro así que iba pasar a saludar- ¿Qué haces~? -Aunque la pregunta era obvia, pero aún así lo hizo, saludándole con una mano al aire y acercándose a él-

Se dio la vuelta, sudando por todos lados, el calor le estaba matando, pero sonrió con suma levedad al ver a su amigo el profesor, El italiano.

El monstruo en su interior se despertó, y el corazón del alemán comenzó a latir con algo de rapidez. El era una persona tan solitaria que el italiano era de esos pocos que se atrevían a hablar con el.

- Buenas tardes Feliciano -le saludo con la mano, se acerco a el- Uhm...bueno estoy haciendo que el alumno cumpla con su castigo.

Trataría de romper un poco el hielo, a pesar de ser muy malo en ello.

-¿N--no..se nota? -le comento a su "amigo".

-Le saludo de la misma manera- Buenas tardes también Lud~~ -sonrió, y miro al pequeño de nuevo-

Aw~ bueno es que tal vez sea que le estás entrando para alguna olimpiada, las que están próximas ~ ¿pero castigo~? -Miro de nuevo al profesor- Te debes secar, estás muy empapado~ ¿Quieres que te ayude~?

-Dispuesto de ir a buscar una toalla para el- Por cierto, ¿Que hizo Camillo~? ¿Qué tan malo pudo ser~? -Regresando lastima al ver elalumno- Parece que se va morir~ (?)

- n-no te preocupes en serio luego de esto iré a darme una ducha- miró de reojo al muchacho que continuaba corriendo, y si ahora pareciese que si fuera a desfallecer, por eso lo estaba vigilando, el sol de la tarde era fuerte y ya iban a ser las 5 como quien no quiere la cosa.
Dejó de observarlo y miró a sú amigo el profesor de arte, al ser uno de sus pocos amigos, le creaba una sensación extraña, pero la cual ignoraba.

- ya tengo a los alumnos seleccionados para las olimpiadas pero camillo no tiene la condición física para aguantar el ritmo de la competencia-

Pauso y escuchó la otra pregunta de este.
- áh.. El castigo erm bueno... El se escapó de mi clase eso fue lo que hizo -murmuro ahora para que el alumno no le escuchase- ¿crees que estoy siendo muy fuerte con el?-
Después de todo el italiano era su amigo, ¿a quien más podría preguntarle eso?.

Oh ya veo~ -Entiendo que no tenía la necesidad de ayudar al Alemán-

-Se acerca un poco más al medio escuchar el murmuro- ¿Como~? -Creyendo entender- emm ve~ ¿Pero.. qué tanto le estás haciendo~? ¿Qué tanto lleva el castigo~? -Regresa su mirada al pequeño, mientras espera la respuesta del rubio-

- uhm... Mejor. Pasame la toalla por favor- murmuro para el.
-ehmm tiene ya 50 vueltas y son 10 -le miró de reojo- luego tiene que hacer unas cuantas lagartijas para completar el castigo - jadeó, estaba muriéndose de calor, tomó un poco de agua del termo y tomó otro poco y se lo hecho en la cabeza, y volteo a mirarlo.
- ¿te llevare a casa hoy también? -dijo como si nada, pero en realidad le importaba mucho.

Estaba concentrado en terminar de correr esa maldita hora, no quería ser castigado de nuevo, ni siquiera estaba conciente de lo que su castigo era, prácticamente corría sin razón alguna.

— Demonios, la próxima vez intentaré estar severamente enfermo para no soportar esta clase... - Claro, en vez de pensar en que no debería escaparse, pensaba en cómo hacerle para brincársela sin que lo castigaran.

Brillante.

Notó que el demonio maestro estaba platicando con otro maestro, al que reconoció como su maestro de artes.

— Bravo, ahora le dará ideas creativas para empeorar mi castigo, bueno, no lo sufriré su muero antes de ello - Muy positivista, como siempre, eso caracterizaba el espíritu español que corría en sus venas.

Aw, claro~ -Fue a buscar la toalla donde estaba sus demás cosas, la toma pero sin darse cuenta tira algunas cosas-

Ve~ Lo siento Lud~ ¡No fue mi intención~! -Le mira a ver para excusarse-
Pero, pero aquí tienes tu..t-to-to.. alla... -Se espasmo al ver la imagen que le estaba dando el alemán luego de echarse el agua, como todo un modelo de Europa, de esos que hacen que habrás la boca, dando pero un pequeño sonrojo, se sacudió rápidamente el cabeza-

¡Aquí tienes~! -Dice rápidamente y dándoselo- Y,...y... si creo que sea mucho para el pequeño, de echo es demasiado...-hablo poco más rápido de lo normal, omitiendo la última pregunta-

- No te preocupes -tomo la toalla y se seco el rostro y el sudor del cuello, se desarreglo los cabellos y se seco las manos en el proceso, para acariciar la cabeza de su amigo.

- Gracias -le murmuro solo a el, y dejo la toalla en el banco detrás de el- Si tu dices que es mucho entonces te haré caso - iba a ir a donde el chico con determinación pero se acerco de nuevo con su amigo- Tápate los oídos - Y ahora acercándose a donde estaba el alumno hizo sonar el silbato, el cual chillo en un sonido ensordecedor.

- ¡Fernadez tienes 10 minutos para descansar! luego harás 30 lagartijas y te podrás ir de aquí! -culmino y volvió a donde el italiano, todo mojado y con la sport negra pegada al cuerpo por el sudor que le provocaba el calor de la tarde- Err...n--no se si me escuchaste Feliciano -se aclaro la garganta- Pero....¿te llevare a tu casa hoy? P-por...mi no hay problema -aclaro.

-Reacciono algo tarde al taparse los oídos, y logró oír el silbato- Auch~ suena muy fuerte~ -Se queja desde su lugar, olvidando por un momento como lucía el profesor de Educación Física-

Escuchó el silbatazo que era como las cornetas que tocaban los ángeles en las puertas del Cielo. Soltó un grito de OMG muy dentro de él y se dejó caer al suelo.

— Grazie Dio - Tirado en el suelo con el sol de 80° dándole a su piel, dejándolo completamente rojo tanto por el esfuerzo y por el calor del demonio que hacía esa tarde.

— Si no me derrito me evaporo, cualquiera de los dos. - decía levantándose y quedándose sentado, con las piernas estiradas. Suspiró, y respiró normalmente, haciendo ahora que su cerebro funcione correctamente.

Volteó a ver a su querido profesor, quien platicaba con otro de sus queridos profesores.

— Ch.. esos dos platican mucho, admiro mucho al maestro Feliciano, ¿cómo puede hablar tan tranquila y familiarmente con un sujetón así?... - se balanceaba ahí en el suelo, había perdido muchas neuronas debido al calor.

-Sonrió al maestro Ludwig, y luego volteo al pequeño Italo-Español, todo rojo, sudoroso y cansado más que nada más, con mucha pena por el pobre le gritó- ¡Camillo~~!

-Haciéndole una señal para que viniera donde se encontraban parados ellos-
Ven~ y toma un poco de agua, ahí te vas tostar ve~ -Le gritó un poco más bajo, pensando que ya había captado su atención-

Se dio cuenta de que el italiano estaba evitando su pregunta.

¿estaría molesto con el? Pero si fuera así, ¿por qué?

Se paró al lado del italiano y casi sin mover sus labios le susurro mirándole de reojo- ¿estas molesto conmigo? Estas evadiéndo mi pregunta-

Estaba perdido en sus pensamientos, cuando escuchó la voz chillona de su maestro, en verdad que era chillona.

— ¿Ah? - divisó a lo lejos que su maestro le hacía señas, pero por el calor la visión se le hacía borrosa.

— Rayos, además de sordo estoy ciego... - se levantó a duras penas, primero torpemente porque volvió a tropezar. Avanzó lentamente hacia donde estaban sus profesores, la sombra del árbol se le hacía cada vez más cercana, ya los rayos del sol no tostaban más su piel de lo que ya estaba en ese momento.

— Cáncer de piel segura. - siempre tan drástico y alarmático.

— Maestro, ¿qué sucede...? - preguntó ya que desde donde estaba no había escuchado.

-Le iba responder al rubio pero exactamente en ese momento llegaba el Italo-Español con su pobre cara medio muerto- Vee~ ¡Cami~! Te estaba diciendo que si quieres agua~ -Ofreciendole una botellón de agua- Sería bueno que ya te vayas~ qué estar en la mitad del sol ~-Le dice preocupado-

Y ahí fue cuando lo entendió todo, el italiano estaba evadiendo sus preguntas.

Podría ser que le estuviese incomodando su presencia, o tal vez estaba molesto por algún asunto persona, o estaría ignorándolo para que el alemán se diese cuenta de que el italiano se había dado cuenta de la situación y no queria saber de el.

El alemán era de esos hombres que pensaba demasiado, y mas dependiendo de la situación, como en ese instante, pero escucho como el italiano le decía a su alumno que podía irse.

-No Feliciano no puede irse aun si me hace 30 lagartijas -dijo claramente para ambos- Podrá irse - había bajado el numero de cosas por el italiano.

¿Eeh? -Ve a Ludwig- Pero, Camillo ya está muy cansado~ ¿No puede hacerlo mañana ve~? -Preocupandose por integridad fisica del pobre alumno- Anda, que mañana lo ¿Termine~? -tratando de "ensuavizar" el alemán tomandole de una de sus brazos- Solo por está vez~ además~ ¡Me prometiste prepararme esa comida alemana, que me comentaste la vez pasada cuando fuimos a cenar! Y se nos hará tarde si no nos vamos ahora~ ¿Sii~? -Parecíera un niño pequeño-

Y fue ahí cuando se dio cuenta de que el italiano no estaba molesto con el, y como siempre el alemán se había adelantado a los acontesimientos.
-a-ah bueno..-murmuro, siendo convencido por el italiano-puedes irte camillo pero- no sería tan fácil- tú castigo constará en ser asistente de el profesor feliciano claro si este está de acuerdo -se apresuró pues no quería que el italiano continuará ventilando sobre ellos.

Tomó sus cosas y las metió en su bolso, colocando una mano detras de la espalda del italiano.

También lo hizo por qué quería hablar a solas con el italiano.

Claro no hay problema~ -Asintiendo a la proposición- Por mi está bien ve~ -No se dio cuenta de el alemán había puesto una mano detrás de él- ¿Camillo, aceptas ve~? -Teniendo la atención hacía el menor- No te preocupes no tendrás que hacer grandes cosas ~

Este se quedo a la espera de que el italiano terminara de hablar con el alumno, poso su mano en el hombro del italiano, con total confianza, y miro de reojo al alumno, esperando por su respuesta.

Se había hecho amigo del italiano, y prácticamente ahora pasaban mucho tiempo juntos, y ahora necesitaba un poco de tiempo a solas con el.